No pride in genocide: El Orgullo es una lucha colectiva por la liberación

Se cumplen cincuenta y cinco años de la revuelta de Stonewall, y en muchas ciudades del mundo hay previstas celebraciones del Orgullo Gay. Pero, ¿hay algo que celebrar? Nuestres hermanes palestines están sufriendo un brutal genocidio a manos del estado sionista de Israel, financiado y armado por gobiernos occidentales. Un creciente movimiento mundial de solidaridad con la población palestina se está movilizando para detener el asedio y el genocidio de Israel contra 2,3 millones de palestines de Gaza. Estamos orgulloses de formar parte de este movimiento.

Mientras las personas LGBTQIA+ luchamos por la sanidad, la vivienda y contra los políticos y políticas fascistas que pretenden borrarnos de la sociedad, comprendemos que nuestra propia liberación está ligada a la liberación no sólo de les palestines queer, sino de todes les palestines, y de todos los pueblos colonizados.

“No puede haber liberación queer mientras existan el apartheid, el patriarcado, el capitalismo y otras opresiones. Es importante señalar las conexiones de estas fuerzas opresivas”.
– Ghaith Hilal, AlQaws for Sexual & Gender Diversity in Palestinian Society

Los orígenes del Orgullo se remontan a la década de 1960: en San Francisco, jóvenes homosexuales radicalizados por la invasión estadounidense de Vietnam organizaron grandes protestas contra la guerra, y las comunidades LGBTQIA+ -con las mujeres trans a la cabeza- lucharon contra el acoso policial y la violencia en la Cafetería de Compton y el Stonewall Inn. Seguimos luchando contra la violencia y la opresión, dondequiera que se produzcan.

En los últimos ocho meses el mundo ha sido testigo del genocidio de Israel en la Franja de Gaza, anunciado descarada y públicamente como tal por los dirigentes israelíes. El ejército israelí ha devastado Gaza hasta tal punto que ya es imposible contar los muertos. A pesar de las órdenes de la CIJ de poner fin a los actos genocidas y detener su ofensiva sobre Rafah, Israel no ha cesado su implacable campaña de bloqueo y bombardeos, perpetuando un legado de más de 76 años de violencia colonial sionista contra la población palestina indígena.

La brutalidad y la magnitud de las atrocidades cometidas por el Estado israelí están generando condiciones cada vez más angustiosas para les palestines de todo el mundo. Esta brutalidad se mantiene gracias al continuo apoyo económico, militar, diplomático y político de los líderes occidentales y de las instituciones y empresas internacionales. Los gobiernos occidentales se mantienen inquebrantables en su inhumano apoyo a Israel (y continúan con el comercio de armas), al tiempo que reprimen las protestas que se atreven a oponerse al genocidio en su propio país.

Les palestines queer, al igual que las personas LGBTQIA+ de todo el mundo, se enfrentan a múltiples capas de opresión. En todos los Estados coloniales, las mujeres indígenas y las personas queer, trans y no conformes con su género -y especialmente las que se encuentran en las intersecciones de estas identidades- son las más afectadas por estos sistemas de opresión. Es imposible abordar seriamente la violencia y la opresión contra las personas LGBTQIA+ sin abordar estas estructuras más amplias.

No podemos defender a las personas queer y trans en nuestros propios países mientras apoyamos el genocidio de Israel contra les palestines -queer, trans, heterosexuales y cisgénero por igual. Nuestra lucha por los derechos y la libertad de las personas LGBTQIA+ está interrelacionada con las luchas mundiales por los derechos de los pueblos indígenas, los derechos de las mujeres, los derechos de las personas de color, Black Lives Matter y la justicia climática.

“Cuando apoyamos a Palestina no estamos diciendo que sólo apoyamos a Palestina, estamos diciendo que apoyamos las luchas por la libertad y la liberación en todo el mundo”.
Angela Davis

Desde que adoptó la estrategia «Marca Israel» en 2005, Israel ha convertido los derechos LGBTQ+ en un arma, en un intento de ocultar su régimen de apartheid. La académica estadounidense Sarah Schulman documentó el ‘pinkwashing‘ en 2011, describiendo las formas en que el gobierno israelí se presenta como «queer-friendly» para ocultar la violencia de su ocupación de Palestina.

El pinkwashing es cuando Israel promociona Tel Aviv como un destino turístico gay, sin mencionar que la ciudad está construida sobre varias aldeas palestinas que fueron destruidas y cuyas poblaciones fueron objeto de limpieza étnica en 1948. Pinkwashing son los soldados LGBT del ejército de ocupación ilegal israelí, que bombardean casas de familias palestinas y luego ondean banderas arcoíris sobre las ruinas.

Pero lo que Israel está haciendo es más que simplemente marketing “queer-friendly”: es la caracterización estratégica de Palestina y otros países árabes como homofóbicos, para justificar la violencia contra el pueblo palestino, incluides les palestines homosexuales. Jasbir Puar llama a esto “homonacionalismo”.

Les activistas internacionales feministas y queer solidaries con Palestina se enfrentan a ataques ​​​​y acoso por parte de les sionistas que argumentan que quienes apoyan a Palestina se enfrentarán a la violencia de las personas palestinas por el mero hecho de ser mujeres o queer. Sin embargo, la mayoría de las veces, los sionistas desean la violencia, la violación y la muerte de les palestines, les personas queer y las mujeres que se solidarizan con Palestina. El Estado de apartheid israelí vigila, chantajea y acosa a nuestro pueblo palestino queer. Existen innumerables testimonios, informes, y documentaciones sobre la violencia sexual a la que se han enfrentado las personas palestinas a lo largo de los 76 años de colonización y apartheid de Israel.

A través de grupos de presión, a menudo aliados con organizaciones homófobas de derechas, Israel promueve su agenda de pinkwashing en todo el mundo, en eventos como Eurovisión y el Orgullo.

Cuando organizadores LGBTQIA+ permiten que las embajadas israelíes, los grupos de presión y las empresas cómplices del apartheid y la ocupación israelíes participen en los actos del Orgullo, contribuyen aún más al pinkwashing de los crímenes de guerra de Israel. No podemos permitirlo. Cuestionar el pinkwashing forma parte de la respuesta al llamamiento palestino al BDS.

Nos inspiramos en innumerables ejemplos: desde les activistas queer de Seattle que consiguieron cancelar una gira de propaganda israelí hasta les palestines queer y aliades de Chicago que impidieron el pinkwashing en la Conferencia LGBTQ Creating Change. Más de 10,000 personas participaron en el primer Orgullo Queer Internacionalista de Berlín, organizado en respuesta al pinkwashing y al racismo antipalestino tanto en los actos del Orgullo mainstream como en los alternativos. Sam Smith canceló su concierto en Israel, y el Orgullo de Lisboa rechazó la participación del embajador del apartheid israelí. Más de 4000 artistas queer se han comprometido a «no actuar ni participar en actos públicos en Israel hasta que les palestines sean libres». Más de 300 cineastas queer se han comprometido a no participar en el Festival Internacional de Cine LGBT de Tel Aviv (TLVFest), patrocinado por el gobierno israelí, tras conocer el programa de pinkwashing del festival. Y más de 60 organizaciones LGBTQIA+ pidieron el boicot de Eurovisión 2024 debido a la participación de Israel durante su genocidio de Gaza.

En un momento en el que las personas trans de todo el mundo están siendo atacadas por instituciones y polítiques de derechas, y les palestines de todas las identidades sexuales y de género están resistiendo la opresión de Israel, debemos unirnos para construir la justicia y la autodeterminación para todos, incluidas las personas queer y trans.

Como colectivos queer de Palestina y de todo el mundo, nos negamos a que nuestras identidades sean instrumentalizadas por el régimen de apartheid colonial de Israel. Nos negamos a ser cómplices de la opresión, en la Palestina ocupada y en todas partes.

Nos solidarizamos con el pueblo palestino en su resistencia popular al desplazamiento, al robo de tierras y a la limpieza étnica, y en su lucha por la liberación de sus tierras y su futuro contra el colonialismo sionista.

Nuestro orgullo reside en nuestras luchas colectivas por el fin de la opresión, la colonización y el genocidio en todas partes. El primer Orgullo fue una revuelta contra la violencia policial. Con ese espíritu, levantémonos contra todas las formas de opresión. Palestina será libre, y todes seremos libres.

En palabras de la leyenda de la cafetería de Compton, Donna Personna, «[El Orgullo] no es una fiesta. ¡Es hora de actuar!”.

HACEMOS UN LLAMAMIENTO A LOS GRUPOS LGBTQIA+ PARA QUE ACTÚEN:

  • Organiza bloques de Palestina en las marchas del Orgullo (envía fotos a queercoalitionforpalestine@riseup.net o etiquétanos @queercoalitionforpalestine)
  • Organiza y/o asiste a protestas, acciones o charlas sobre Queers In Palestine o sobre el pinkwashing.
  • Rechaza la financiación israelí, igual que la colaboración con instituciones israelíes cómplices y niégate a encubrir, lavar de rosa o normalizar el apartheid israelí.
  • Presiona para excluir a los grupos LGBT+ vinculados al gobierno israelí de organismos internacionales como ILGA.
  • Boicotea el turismo LGBTQIA+ en el Israel del apartheid y los actos de pinkwashing como el Orgullo de Tel Aviv y el TLVFest.
  • Boicotea e impulsa la desinversión en las empresas objeto del movimiento BDS movement.
  • Responde al llamamiento de Queers In Palestine
  • ¡Comparte esta campaña!

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